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lunes, 29 de enero de 2018

103. Muestra 4. Contexto familiar (II). Manuel Álvarez. Ilustración de Suelto

Sobre "Benxa">Biografía>Aspectos
Entrada 103. Publicada  29-1-2018











Mieres 27 noviembre 1899, firmado y rubricado
Manuel Álvarez Álvarez 










4.5 Manuel Álvarez Álvarez 

Ilustración del Suelto nº 36: 
Un proyecto de vivienda sencilla, por M. Álvarez, capataz  de minas (texto en columna derecha). [Correspondiente a entrada102: "Años 1890-1917. Algunos trabajos como pequeño constructor".]













domingo, 21 de enero de 2018

102. Muestra 4. Contexto familiar (II). Manuel Álvarez

Sobre "Benxa">Biografía>Aspectos
Entrada 102. Publicado  21-1-2018













Casa de "José el Zapatero", La Pasera. 
Estado antes del proyecto de reforma y ampliación elaborado por Manuel Álvarez
que se detalla en el texto. Foto Rómulo Álvarez.







4.5 Manuel Álvarez Álvarez (cont. 21)
(Antepasados técnicos industriales  de Benxa)


Años 1890-1917. Algunos trabajos como pequeño constructor


[…] estaban construyendo una casa en Requejo y elevaban trabajosamente una jácena. Miguel [Alvarez Buylla, primo y amigo de Benjamín] dijo a su padre: “-Papá ¿qué es eso que suben esos hombres? Yo me adelanté y dije: “-Ye una viga ¿No lo sabías? “-No. Oye papá ¿Y porque Benjamín lo sabe? “_Porque el padre de Benjamín hace proyectos y es constructor”. Alvarez “Benxa”, B., Memorias de Villa Rotella, 1983, pág. 45. [Tirada limitada de ejemplares mecanografiados y fotocopiados]. 


Proyectó […]  multitud de edificios modernos para las calles de la villa.”
Benxa, Reseña biográfica mecanografíada de Manuel Álvarez, hc, 1978.



Ambas citas amplifican una actividad que creemos temporal, desenvuelta siempre a pequeña escala, complemento menor de los ingresos principales procedentes de su actividad profesional focal: la minería, bien como técnico en plantilla de empresa (a veces, en paralelo, también como directivo y/o fundador de otras menores), bien respondiendo a encargos de estudios técnicos en calidad de profesional liberal. El comienzo de estos trabajos como pequeño constructor debieron surgir a raíz de su paso por el Ayuntamiento, lo que contribuiría a hacerlo conocido entre el vecindario en esa otra faceta de proyectista, delineante, cartógrafo y ayudante de obras públicas. Desde mediados de los años noventa y posiblemente hasta su traslado por motivos laborales a Olloniego (1917), recibiría un número discreto de encargos de obras particulares y para particulares, pues la legislación ya impedía proyectar sin título de arquitecto edificios de uso extrafamiliar demandados por entidades públicas o privadas. 
Aunque esta rama de la carrera profesional de Álvarez constituya un capítulo menor, lo retrata como un técnico capacitado e interesado -sobremanera inquieto por la diversidad de saberes y aplicaciones de los mismos=Técnica- en líneas tangenciales con la que fue su pasión: el mundo de la extracción de los frutos del subsuelo, entendido como fuente de riqueza, no en sí ni por sí misma, sino en tanto conducente al progreso con el que asociaba la sociedad moderna. No obstante lo que interesa destacar  de esta su faceta como constructor, no es tanto la actividad concreta de Manuel Álvarez como utilizar las noticias que se tienen de su experiencia para esbozar algunos aspectos de la actividad edificativa circunscrita al Mieres del cambio de siglo: una villa industrial periférica y menor, justo por los años de la explosión urbana en Occidente ya consolidada; la transformación del suelo y la edificación que sobre él se erigiera en una nueva mercancía de rentabilidad nunca antes sospechada; las competencias profesionales de los proyectistas en pleno proceso de atribución; la actividad constructiva como una potente industria emergente; la jerarquía corporativa; clientes, ámbitos de la edificación (construcción popular, industrial y de esilo), niveles y precios por zonas, tipologías; los inmuebles como mera construcción o calificados de arquitectura o construcción culta, actualizada y dotada de proyecto original, etcétera.


. 
Manuel Álvarez constructor. Formación, titulación, proceso de ejecución de la obra, competencias.

. Desde finales de los años noventa Manuel construye los hornos solicitados a Ramón Rodríguez por empresas mercuríferas. Instruido por el inventor, comienza a proyectarlos, dirige las obras y el personal operario y experto que contrata al efecto.
. Otros antecedentes: proyectos de edificios industriales de superficie en la sociedad El Porvenir ya referidos otro pendientes tratar.
. Formación: en la Escuela de Capataces se imparten nociones de esta materia a nivel básico. (Quedaría pues pendiente la adaptación a la arquitectura civil particular y especialmente a la residencial, el tema principalmente trabajado por Álvarez).
. Títulación: el título de capataz debió resultar equiparable por grado oficial al del maestro de obra, figura ésta muy activa en las ciudades mayores de Asturias, cubriendo una creciente demanda favorecida por actuar en función de honorarios muy inferiores a los que entrañaba el porcentaje del presupuesto total de la obra cuando corría a cargo de un arquitecto. (Ventaja trasladable a los capataces). 
. Hipotésis: ¿Cobraron en Mieres y otras villas de las cuencas mineras mayor importancia los servicios de los capataces titulados en el centro de Mieres que los maestros de obra en el resto de la provincia?
. Relacionado con ello: respecto al papel desempeñado por los arquitectos en la villa de Mieres en torno a 1900 (años antes y seguidamente a raíz del nuevo callejero del ensanche), cabe esperar tan sólo casos aislados. La alta burguesía reside en la capital o fuera de la provincia. Su condición de cliente solvente que reclama proyecto de arquitecto desciende a casos contados. Incluso las “fincas” que recogen en planos de Mieres Manuel Álvarez y Benxa tampoco parece, por su imagen externa, que sus proyectos se deban a firma de arquitecto. Será a partir de los años 1910-15 cuando se contrate en Mieres esta construcción de autor.
. Formación, otro aspecto: una buena dosis de autodidactismo debió respaldar las obras proyectadas por Álvarez; algo nada extraño a su perfil de estudioso que se repite en las reseñas biográficas pendientes de examinar. Tratados y Enciclopedias Prácticos de las construcción, abundantes en el mercado editorial a razón del nacimiento del mercado inmobiliario urbano, se sabe que fueron objeto de consulta y estudio por el capataz para suplir su formación general en construcción y acceder a un mínimo de especialización.
. El procedimiento de una obra de nueva planta. Álvarez asumía el proyecto (de líneas básicas dentro, siempre, de modernidad solicitada por él cliente); lo concibía y presentaba (memoria, planos, cálculo de materiales y presupuesto) en el Ayuntamiento a efectos de solicitar el permiso o licencia de obras; efectuaba el pago correspondiente; reclutaba las cuadrillas de operarios de los distintos ramos, dirigía la ejecución de la fábrica, la entrega una vez concluida y gestionaba la facturación por partidas.



.
Clientes y tipología dominante: la vivienda mesocratica moderna

. Clase media (comerciantes, profesionales, propietarios, técnicos industriales medios, pequeños empresarios). Suponen estos el estamento superior de la villa, el estrato pequeño y medio burgués. Por debajo el obrero industrial y el campesinado, privado del acceso a un proceso profesionalizado, burocratizado y comercial de la edificación de la vivienda.

. Pavimentadas las calles nuevas del ensanche o poco antes, ya prevista la inmediatez de éste, todavía el vecindario acomodado prefería solares en los núcleos ya consolidados, especialmente en La Pasera y orillas de la carretera Adanero-Gijón. Al borde de ésta -tratada como una especie de avenida-, se levantaron algunas casas-quinta en Oñón, ejemplos aislados que alcanzaban igualmente a La Peña y, por el otro extremo, Sobrelavega y La Villa erigieron también un caserío moderno estratégicamente alineado a la carretera. 

. Precisamente a orillas de esta carretera proyectó Manuel Álvarez el edificio que más trascendió a la memoria familiar por vía oral de Benxa: la casa “Rabona” [Entrada 12-1-2018, ilustración]; “rabona” como perro rabón, sin punta o cola o con ella amputada, más exactamente al caso. Sobrenombre que le impuso el constructor con la socarronería (sic oral) que le caracterizaba más que por decepción por el resultado de la obra alterado por el cliente, quién impidió el levantamiento del último piso previsto. La casa en cuestión también ofrecía fachada, resuelta en un eclecticismo discreto, a la carretera de Jovellanos, a la altura de la plaza del ganado de Requejo. Sobrevivió hasta hace unos veinticinco años, sobre un bajo originariamente comercial convertido en una sidrería tradicional y de referencia de Mieres.

. Tipológicamente la “Casa Rabona” responde a uno de los modelos más usuales y solicitados por los años de actividad de Manuel. Un inmueble entre-medianera -en este caso, además, realzado por su situación en esquina-, en régimen de propiedad vertical (un único propietario efectuó el encargo). Se trataba de un edificio mixto, de servicios en el bajo (locales) y viviendas (plural) en los pisos, a las que debe la denominación de edificio, casa de viviendas o inmuble plurifamiliar. Sobre el bajo destinado a establecimiento -en ocasiones también a vivienda- las ordenanzas municipales dictaban con mayor o menor rigor un número determinado de alturas en función del ancho de la calle y de las dimensiones de la población. En Mieres entre dos y tres plantas daban cabida a una o más viviendas por rellano.

. Manuel Álvarez y su familia, posiblemente después de enviudar en 1910, ocupó en régimen de alquiler una de estas viviendas también llamadas casas de balcones, por su proliferación a la fachada y signo distintivo de posición frente al ventanuco de la construcción popular de los barrios de La Villa y Requejo. La distribución interior dividía el rectángulo de la planta en tres tramos. A la fachada, generalmente el comedor -no existía sala y en su caso lo más parecido, el gabinete- y el dormitorio principal sino lo hacía el despacho. En el tramo opuesto, a las huertas o el patio de manzana, la cocina y adosada a ella la galería de cristal que le prestaba servicio amén de otras muchas funciones derivadas de su extraordinaria luminosidad. Oficio, tendedero, sala de plancha, costura, bordado, toma de fotografías (plató de Rómulo) y el tablero de dibujo de Manuel, situado no en vano en la pieza más clara de la vivienda, cuidadosamente en el lado por donde la luz penetrara por la izquierda sin crear sombras a la mano derecha del dibujante. La ventilación, luminosidad y soleamiento -arraigados fundamentos de salubridad por entonces- de estas dos áreas de la casa se ausentaba en el centro del plano, donde un pasillo ciego daba acceso a los varios dormitorios, sin ventana propia o con ella a un patinillo angosto de luces. Con todo, la calidad y salubridad de esta clase de viviendas superaba con creces las condiciones del buen caserío precedente del Antiguo Régimen, y en concreto de El Mesón de La Pasera, donde había residido hasta entonces la familia de Manuel. 


.
Diseño de fachada, convencionalmente considerada recurso principal de estilo

. En 1899 el capataz Álvarez proyectó para sí mismo una vivienda unifamiliar de nueva planta en La Peña. El plano, conservado sólo describe la situación -con su habitual detalle de datos-, la planta de los edificios inmediatos y de la casa en cuestión. La planta, pero no su distribución interior ni tampoco la fachada. Viene a colación porque ofrece una muestra de un estándar mínimo de vivienda, próximo a la categoría de arquitectura tradicional o popular, de otro modo la que imperaba en dicho enclave por entonces y en los núcleos más antiguos de la villa de Mieres. Parece que fue construida pero no destinada a domicilio de la familia, pues para esos años ya se tiene noticia de su domicilio establecido en El Mesón de La Pasera.

. Entre los contados bienes inmuebles residenciales que dejó Álvarez al fallecer, figuraba una casa adquirida también por los años del cambio de siglos o poco después de 1900, cuando ya era inminente el nuevo Mieres del ensanche, dejando constancia ello de otro caso de preferencia por residir o invertir en el área principal del Mieres antiguo, La Pasera. Era la casa conocida como de “José el Zapatero” [Álvarez “Benxa, Una comarca..., pág.27], una construcción de tamaño medio para las dimensiones del momento, compuesta de planta terrena (taller y/o tienda), piso principal (tradicional vivienda del responsable del establecimiento), y un piso desván de amplio desarrollo, dotado de un caserón (primero corredor, reformado luego como galería acristalada) que equiparaba casi en altura de techos y luminosidad al piso inferior. La edificación respondía a una factura plural en ascendientes: cierto acento popular, su dignificación debida a las formas más básicas del buen caserío heredero del siglo XVIII y finalmente elementos modernos como el frente de corredor cerrado en galería. Por el aire de familia señalado con las maneras constructivas del régimen pre-burgués, bien puede deducirse su radicación en La Pasera, como se indicó en otra ocasión, pequeña agrupación de un caserío de esmerada factura, presente en las villas asturianas del siglo de la Razón y definidor, a su vez, del concepto de lo urbano previo al estallido de la revolución de la ciudad burguesa del siglo XIX . Como casa exenta fue concebida, flanqueada por el sur por unas escaleras de acceso al camino de Arriondo y levantada a escasos metros del costado y pórtico de la parroquial románica de San Juan Bautista. “La nuestra casina” -como escribe Rómulo (hijo de Manuel) en el croquis de La Pasera [Entrada 21-1-2018] nunca fue habitada por la familia nuclear de Manuel. De ella se conservaba hasta hace unos años un proyecto de reforma y ampliación (recrecido de una planta-vivienda más sobre la del bajo cubierta), que posiblemente siempre estuvo en mente abordar, o para el uso directo de la familia, o con el fin de rentabilizarla, si bien el traslado de su titular a Olloniego detuvo la intervención prevista.


.
Los estilos en los constructores menores. Un proyecto no ejecutado de M. Álvarez. 

. Los planos de la reforma de la casa de “José el Zapatero”, reproducidos a ferro-prusiato (fondo azul y línea de dibujo en blanco) cabe atribuirlos a Manuel en los años últimos de su vida, cuando aún contaba con hijos a su cargo. No obstante, más que razones familiares proceden los aspectos formales tanto para adjudicar el proyecto como para ilustrar genéricamente las pautas seguidas por estos proyectistas considerados de segunda clase, trátese de maestros de obra, del caso más particular de capataces y de otros similares de los que se tiene noticia (sobrestantes de obras públicas, delineantes). Otros planos coetáneos consultados debidos a maestros de obra de derecho (título) y sobre todo de hecho y frecuentemente activos en el medio rural -siempre contemporáneos del momento tratado- pecan de suma precariedad, apareciendo trazados a lápiz sobre una única hoja de papel milimetrado, confusos y muy restrictivos en la descripción y número de vistas. En cambio los de la reforma de la casa de La Pasera, además de haber pasado por una técnica moderna de reproducción, contenían la representación de sus cuatro fachadas, de las plantas con su distribución interior así como secciones. La fachada, entendida en la arquitectura ochocentista como si de un cuadro de valor o de un vestido de ceremonia se tratara, resultaba explícita de las numerosas posibilidades de elección existentes para su diseño -”trajes”, llamados despectivamente por los críticos de la época- y de la elección concreta del proyectista entre la variopinta gama de fisonomías posibles para el edificio. Eran lo que tradicionalmente fueron identificados con estilos o lenguajes formales. El mercado abastecía generosamente de ellos, a través de álbumes de modelos-etilos, colecciones, manuales de construcción, etcétera. 

. Manuel desechó en este proyecto buena parte de los diseños foráneos europeizantes, de hecho tratados y manuales suyos  [AMA] se los ponían al alcance de la mano. Pero, de otra parte, rendirse a lo procedente del exterior venía siendo entendido, en términos generales, como uno de los males de España tras el Desastre de 1898. El capataz desestimó el estilo de chalé o albergue alpino, los apartamentos de verano de la costa atlántica europea, los estilos histótico-residenciales ingleses. Pudo igualmente envolver el proyecto en el estilo mansarda (cubierta francesa muy recta y habitable, acabada con tejas en forma de escamas y provista de óculos de iluminación). Pero trató de evitar exotismos en la medida de lo posible y compuso un alzado principal considerado el más apropiado para un edificio de viviendas de nivel medio, con la salvedad de que disponía de cuatro fachadas y no de la única a la calle del inmueble urbano entremedianeras más común en el siglo XIX. Así quedaría concebido: sobre la rasante, cuatro plantas, todas de vivienda única, y una cubierta autóctona a cuatro vertientes libre de cuerpos prominentes y geometrías francesas, inglesas o alemanas. La composición y la escueta decoración se inscriben en un historicismo clásico -interés del padre de Benxa por la cultura clásica-, a su vez con algún acento propio de una de las variantes del exitoso eclecticismo arquitectónico del XIX, el imperante en Madrid, la ciudad de referencia para la cultura arquitectónica en Asturias. El cuadro de fachada describía una casa de balcones urbana y moderna para clases media, en la línea del último caserío también renovado de La Pasera (casas de Pombo y de los Molleda). Como casa de balcones decimonónica centraba en estos su evolución respecto a sus hermanos del caserío vecino del Antiguo Régimen. El recercado o enmarque del nuevo balconaje y la línea horizontal que separaba las plantas, bien mediante ligero realce en relieve, bien con una decoración mínima, y todos ellos destacando intencionadamente sobre el fondo neutro del muro, constituían los únicos recursos que permitían hablar, en voz baja, de arquitectura culta o de estilo en este proyecto que nunca pasó de su estado inicial en papel.

. En casa de Benxa, mirando estros planos, se lamentaba que no se hubieran seguido cuando se hizo efectiva la intervención del edificio pospuesta en vida del abuelo. Pero examinado críticamente , el proyecto de Manuel aportaba para las fechas una fisonomía trasnochada, propia acaso de cuando adquirió el edificio, pero ajena a las tendencias entrantes sobretodo desde la primera guerra (regionalismos, estilos castizos entre otros) y las más audaces y modernas de la preguerra civil. Cuando finalmente se abordó la modernización y ampliación de la casa del “José el Zapatero”, a cargo de una generación porterior al capataz, se la adscribió a un diseño que despertaba bajo el nombre de vanguardia funcionalista. Medidas legales y ayudas económicas de crecimiento del empleo y la construcción previas a la guerra civil vistieron de estilo salmón -una de las denominaciones del más temprano racionalismo o funcionalismo, salmón por el matiz del rosado de sus fachadas que imperó- la casa de gusto decimonónico-eclecticista proyectada por Manuel Álvarez.






Referencias
. Álvarez “Benxa”, B., Una comarca a punta de lápiz. Laminarium de Mieres y Lena. Oviedo, 1975









viernes, 19 de enero de 2018

101. Muestra 4. Contexto familiar (II). Manuel Álvarez

Sobre "Benxa">Biografía>Aspectos
Entrada 101. Publicado  19-1-2018












Recorte del plano a mano alzada de La Pasera re-dibujado por Benxa a partir del croquis formado por su hermano Rómulo entre 1917 y 1920 aproximadamente. El autor del dibujo original reconstruye de memoria y retrospectivamente un escenario unos veinte años anterior, el correspondiente a los años de su infancia. Ligeramente coloreada figura la “Casa Rabona”, citada en el texto de la siguiente entrada. Álvarez “Benxa”, B., Una comarca a punta de lápiz. Laminarium de Mieres y Lena, p.27. Oviedo, 1975.








4.5 Manuel Álvarez Álvarez (cont. 20)
(Antepasados técnicos industriales  de Benxa)

Años 1890-1927. Planos y croquis de Mieres dibujados por Manuel Álvarez e hijos Rómulo y Benxa.
(Expuestos por orden cronológico en función del momento que reproducen, no de la fecha de su levantamiento)



_“El Mieres de hace unos 80 años y el actual” (1845-1925)
. 1845 plano más antiguo / 1925 fecha del trabajo comparativo
. Autor Álvarez Álvarez, Manuel.
. Trabajo que contrapone la morfología de Mieres en 1845 y su evolución en 1925.
Otra obra suya trascendente fué (sic) el plano comparativo de la villa de Mieres titulado “El Mieres de hace unos 80 años y el actual”, fechado en 1925, maravilla de exactitud, paciencia y dedicación infatigable que demuestra lo que la voluntad de un hombre puede llegar a lograr, movido por una idea, con sus propios y escasos medios”, “Galería de Recuerdos. Manuel Álvarez y Álvarez”, sin firmar, Minería, 1952, (páginas sueltas número 18 y 19).



_“Plano General de la Villa de Mieres. 1895”. Escala-1:2.500 (sic), orientación por rosa de puntos cardinales.
. 1895
. Autor: Sin firmar. Atribuido en este blog a Manuel Álvarez Álvarez [Entrada 5-1-2018].
. Publicado por Pérez González, R., “Mieres”, Geografía de Asturias, vol. 2., cap. 2, pág.79. Avilés, 1982.



_“Mieres en 1895. Villa de Arriba” (La Villa y Sobrelavega) y “Mieres en 1895.Villa de Abajo” (La Pasera, Requejo y Oñón).
1895.
. Autor: Álvarez “Benxa”, B.
. Publicado en Una comarca a punta de lápiz. Laminarium de Mieres y Lena, págs. 25 y 26.
. Calco del plano original del año indicado, desdoblado en dos láminas. Benxa en las notas que acompañan ambos dibujos únicamente recoge noticias históricas sobre el orígen de Mieres. Al margen derecho de cada lámina rotula simplemente : “COPIADO – B”. No cita pues la fuente, que sin duda identificaría en caso de saberla deudora de la mano de su padre. La ausencia de firma del plano lo explica, lo mismo que en el levantado por los años veinte para la misma población de Mieres. Por entonces los dibujantes no dejaban su identidad expresa en los planos, quedando restringida a los autores del proyecto estampar nombre, firma y rúbrica.
. Benxa reproduce con toda precisión los detalles y estilo del original, incluso ilustra con mayor claridad las construcciones tipo hórreo -paneras apenas figuran-, al señalizar con linea las cumbreras de los tejados, emparchadas en el plano objeto de copia. Es sobre todo el formato cuadrado y sus reducidas dimensiones lo que identifica los hórreos respecto al caserío y al resto de construcciones. Es significativo en este sentido que en los dos núcleos que advertimos más urbanos [Entrada 5-1-2018] se ausenten los hórreos ( caso de Sobrelavega) o se constate un ejemplar aislado (La Pasera).
. En la lámina dedicada a La Villa de Abajo incorpora una doble línea discontinua con la siguiente nota. “Proyecto de encauzamiento del río San Juan planeado 5 años después (hacia 1900) que aparece en un plano del ingeniero D. Eugenio Ribera (630 mts., hasta el río Caudal)”. Del dato parece deducirse que Benxa sí conocía el plano/-os tales del ensanche de Mieres de 1900, que posiblemente los firmara Ribera en calidad de autor, o bien que conociera este detalle por otro documento, noticia puntual aportada por su padre o mismamente por haber dibujado los planos del proyecto de ensanche.



_“Zona de Mieres, comprendida entre la Iglesia y El Batán, hacia el año 1.900 (sic), antes del trazado de las nuevas calles de La Vega”.
. 1900 para el espacio que se representa/hc.1917-20 la fecha de formación del plano.
. Autor: Álvarez Rodríguez, Rómulo, primogénito de Manuel. A partir de este croquis o apunte gráfico, muy apretado en datos, su hermano Benxa publica “Mieres a final del siglo XIX. (Parcial)”. Atribuye el original a Rómulo y precisa que éste lo elaboró de memoria. Benxa lo reconstruye con mejor calidad de dibujo, escala aproximada y orientación inserta en Una comarca a punta de lápiz. Laminarium de Mieres y Lena, pág. 27.
. Datación del original: no confundir con el momento representado en el croquis. Creemos que fue dibujado a partir de 1917 (año del traslado de la familia a Olloniego) y con más precisión en los años inmediatamente siguientes. Hasta podría reconstruirse el contexto en el que se trazó informalmente el croquis,. Posiblemente en una de las frecuentes visitas que Rómulo efectuaba a su casa paterna, como un gesto de evocación del Mieres de la infancia del propio Rómulo y en general como un testimonio de añoranza de aquéllos de la familia ahora residentes fuera de Mieres. Independientemente Rómulo incluiría la addenda sobre Benjamín, para entonces ya iniciándose en sus aficiones, una de cuyas pruebas más tempranas resulta precisamente éste apunte estampado en el croquis. Así identifica Rómulo, el autor del borrador , la casa natal de él y su hermano menor: “Aquí nació Reportajes B. el 24-2-1.907”.



_“El concejo de Mieres y sus alrededores a vista de pájaro” Escala de 1 por 20.000. Mieres, 10 de mayo de 1906.
. 1906
. Original levantado por Álvarez Álvarez, Manuel
. En un fragmento de este trabajo topográfico se inserta el plano de población de la villa de Mieres sin detallar, curiosamente, las “calles nuevas” [Rómulo], objeto de representación primordial de otros planos recientes a la fecha de confección de éste, especialmente, por ejemplo, los integrantes del proyecto del ensanche de Mieres de 1900, en cuyo levantamiento participó Manuel. Hacerlo habría supuesto redundar e incluir lo innecesario por figurar ya debidamente representado en aquel documento. Sí representa, en cambio, la silueta de las edificaciones y las principales vías (carretera Adanero-Gijón, la calle de la Estación) y las infraestructuras industriales de los ferrocarriles mineros.



_“Plano del ensanche de la población de Mieres”. Escala 1 / 2.500.
. 1920 década el plano original.
. Publicado por Pérez González, R., “Mieres”, Geografía de Asturias, vol. 2., cap.2, págs. 94-95. Avilés, 1982.
. No figura fecha de su formación. Se ha apuntado 1920 [Pistono/Burgos]; segunda mitad de los años veinte [Pérez González], y como mera hipótesis, estado actual previo a la revisión y complemento del ensanche de Mieres de 1924, o aún más probable, la superposición sobre el ensanche primero de 1900 del siguiente. En definitiva, una crónica planimétrica de la evolución urbana de Mieres al aproximarse el año 1930.
. La firma que figura es la de “R. Pérez”, el autor del capítulo al que ilustra dicho plano. Lo mismo el estilo de la firma que la escala gráfica, de apariencia moderna, hace suponer que fueron insertadas por los años de la publicación del plano. Por todo lo demás que en él se representa -incluida la escala numérica- y por el estilo de representarlo estimamos que el dibujo de dicho documento planimétrico -el original ni fechado ni firmado por pertenecer a dibujante con funciones de delineante, por encargo de un superior y no en calidad de autor- creemos correspondió a Manuel Álvarez. [Entrada 17-1-2018].



_“Como se transforma Mieres”. Escala de 1 x 100.000 (sic) y escala gráfica. Olloniego. Enero 1927, firmado y rubricado M A y A.

. Autor: Álvarez Álvarez, Manuel.
. 1927.
. Desde Olloniego seguía atento a la evolución morfológica de Mieres sin desatender su amplia área circundante, en vez de ceñirse estrictamente al núcleo tal. Llerones, terreno llano y libre de las vegas de Sueros y Requejado cosidas por las vías de los ferrocarriles mineros, aparecen como listas para poblarse o industrializarse. No omite la representación los márgenes de las dos laderas que limitan este tramo de la vega del Caudal, dibujadas en su característica -y también común a la cartografía del momento- manera de acotar y modelar las pendientes con cientos de bastoncillos rayados en múltiples direcciones. Constituye uno de sus planos de autor, como algún otro relacionado líneas arriba pendiente de examinar más a fondo en el lugar correspondiente.
Se conserva copia pero se desconoce si procede del trabajo original o de su publicación del mismo.



_”Mieres en 1915”
. 1915
. Autor: Álvarez “Benxa”, B.
. Publicado en Una comarca a punta de lápiz. Laminarium de Mieres y Lena, pág. 28. Oviedo, 1975.
. Relegamos al último lugar y fuera del orden cronológico este versión cartográfica de Benxa por estimar que fue fechada con anterioridad al momento que representa. Comparándola con el “Plano del ensanche de la población de Mieres” de los años 1920 (arriba), la densidad de edificaciones aparece en éste sensiblemente superior en casi todas las manzanas. En los créditos indica la procedencia: “Plano M. Álvarez”. Lo más probable es que la matriz a copiar fuera el plano de Mieres de los años veinte indicado y que el suplemento de la superficie construida lo extrajera igualmente de un original en constante proceso de seguimiento y actualización a cargo de su padre, pero que no ha llegado hasta nosotros. En caso de confirmarse, este trabajo que testimonia el estudio continuado de Manuel Álvarez sobre los temas de su interés -aspecto en el que tanto insistimos-, no se correspondería con el plano también a él debido “Cómo se transforma Mieres”, pues como se indicó, intención, representación y naturaleza de ambas piezas resultan diferentes.
. En este trabajo Benxa ejercita por partida doble los aspectos técnico y el de curiosidad o creatividad.Propósito creativo porque sobrepone en un mismo plano dos momentos y crónicas. Antes de 1900 representa enumerados y distribuye por el callejero los faroles de iluminación pública existentes a partir de datos solicitados a Luis Casal y M. Menéndez (citados a pie de lámina). Equivoca la fecha, que fija en 1915, cuando narra en el plano otra situación: la forma urbana que iba tomando Mieres bien avanzados los años veinte. Tantas plantillas recrecidas de la misma población dibujadas en casa por su padre y anteponer la síntesis de dos cuerpos de datos diferentes restaron precisión cronológia a éste curioso ejercicio de Geografía Urbana.







Referencias

. Álvarez “Benxa”, B., Una comarca a punta de lápiz. Laminarium de Mieres y Lena. Oviedo, 1975.
. Pérez González, R., “Mieres”, cap. II, Geografía de Asturias, vol. 2, págs. 75-133. Avilés, 1982.
. Pistono Favero, J./Burgos Fernández, E., “Influencia del ferrocarril en el ordenamiento urbano. Asturias: Mieres y los ferrocarriles mineros”, Historia Ferroviaria. Gijón, 2003. (PDF).






Se publicó con grandes obstáculos, ajenos a la acción de los autores, 
el 21 de enero, en segundo intento de recuperar la primera, 
colgada on line el 19-1-2018.










jueves, 18 de enero de 2018

100. Muestra 4. Contexto familiar (II). Manuel Álvarez

Sobre "Benxa">Biografía>Aspectos
Entrada 100. Publicada 18-1-2018











Plano de Mieres unos veintitantos años después de aprobarse el ensanche de 1900 (autor, ingº Eugenio Ribera).
Por su fecha incluye ya  la revisión posterior o segundo ensanche. No se trata pues de uno de los documentos originales del proyecto primero de 1900, sino de un estado actual de la evolución de la villa de Mieres. Aunque firmado por R. Pérez, todos los elementos de representación  planimétrica se corresponden con los propios del capataz Manuel Álvarez, a quién lo atribuimos en calidad de dibujante integrante del equipo de Ribera.
Publicado por Pérez González, R., “Mieres”, cap. II, 
en VV.AA., Geografía de Asturias, vol. 2, págs. 94-95. Avilés, 1982.




4.5 Manuel Álvarez Álvarez (cont. 19)
(Antepasados técnicos industriales  de Benxa)


Años 1890. Integrante del equipo redactor del ensanche de la villa de Mieres dirigido por el ingeniero Eugenio Ribera en 1900

Con anterioridad a los ensanches propiamente dichos otras iniciativas urbanas, no de su estricta calificación, contribuirán de forma más espontanea a gestar operaciones menores que vinieron igualmente a ampliar y modernizar el suelo urbano. Podrían denominarse pre-ensanches y en Mieres deja testimonio de ellos el plano de 1895, que examinamos ahora antes de hacerlo del siguiente, el del propio ensanche de 1900. Además este anticipo del documento urbanístico tal detecta cierta relación con los capataces Álvarez/Rodríguez. Con el primero por delinear el plano donde se insertan ya operaciones asimilables al recrecido de Mieres de 1900, y a ambos porque para los años 1890 ya figuran domiciliados en La Pasera, enclave que junto con Sobrelavega ya fueron presentados como barrios especiales por su clara orientación urbana respecto a los demás núcleos orillados a la carretera Adanero-Gijón, aldeas de origen campesino pero para las fechas dominados ya por un vecindario de ocupación industrial.

La Pasera no resultó producto del ensanche de 1900, pero sí el núcleo principal de entre los dos antiguos recién indicados. Exactamente su suelo o superficie sería tomado como referencia para el trazado principal del nuevo callejero, resultando éste como soldado a La Pasera y producto más directo de su crecimiento. Signo inequívoco, pues, de su jerarquía urbana y centralidad dentro del Mieres anterior a 1900. Asimismo a La Pasera le correspondería un lugar preeminente en este anticipo del ensanche en función de su uso residencial de nivel medio, del buen caserío todavía heredero de las maneras constructivas del Antiguo Régimen y de la presencia de buena parte de los servicios [Entrada 5-1-2018]. Distribuida a ambos lados de la carretera de Jovellanos, aunque situadas a desigual distancia de la misma la zona principal oeste y la este, el plano de 1895 recoge otros dos áreas de interés de este seudoensanche. Una en el límite sur de La Pasera, la calle de Camposagrado o de la estación, trazada en los 1870 uniendo ésta con la carretera que articulaba los distintos nucleolos que integraban Mieres. Calle de otro modo con cierta analogía con la de Campomanes en Oviedo, también proyecto adelantado de crecimiento movido por la necesidad de unir el casco antiguo con la estación del ferrocarril. Y dos, retornando a La Pasera y vecina de ésta por el norte, la iglesia parroquial de San Juan Bautista, patrono de la villa, de cuyo imafronte arrancaría el trazado (todavía ausente) de la otra gran calle del ensanche tal, orientada en sentido paralelo a la de la estación y limitando por el norte y sur, respectivamente, el trazado del futuro Mieres del nueva planta proyectado por Ribera cinco años después.

Y restan otros dos enclaves donde más espontánea que planificadamente, fueron tomando cuerpo tipologías edificativas que luego se impondrían en el ensanche propiamente dicho. Se trata de Sobrelavega, barrio de nueva creación a raíz de la construcción de la Casa Consistorial en los años 1860, y del tramo comprendido entre la avenida de la estación (surcada por la vía del ferrocarril minero de El Peñón) y todo a lo largo de La Pasera, pero precisando que en su acera oeste, donde se desplegaba la vega de cultivos. En torno al Ayuntamiento y en formacionón entre medianeras se sucedía en esta área un caserío moderno en altura, el que se erigirá luego en prototipo de edificio urbano habitual en los ensanches del XIX, de ocupación dominantemente plurifamiliar, de dos a cuatro alturas sobre rasante, elegante balconaje presidiendo la fachada, de otro modo austeramente decorada, y la omnipresente galería acristalada en al alzado opuesto, con función múltiple además de servicio de la cocina. Sin abandonar La Pasera y en una de estas viviendas de clases medias ocupada en régimen de alquiler residió el capataz Álvarez con sus hijos tras enviudar en 1910 [AMA]. Las condiciones de habitabilidad de la vivienda superarían con creces el anterior domicilio en El Mesón -también en La Pasera, unos metros más hacia la iglesia y en la acera de enfrente-, un caserón destinado al uso que su nombre apunta y del que resulta destacable su carácter representativo del caserío original que conformó este punto neurálgico a la hora de establecer la conexión entre el antiguo y el nuevo Mieres en su primera fase de crecimiento planificado.

En el terreno de las decisiones sobre el futuro de la villa de Mieres no extraña que Manuel Àlvarez efectuara una modesta inversión en este espacio de La Pasera. A finales de los noventa o en el decenio siguiente adquirió la casa conocida como de “José el Zapatero” [Benxa, Una Comarca…, pág. 27], pero continuó residiendo de alquiler y hasta los últimos años de su vida no trazó un proyecto de ampliación y reforma orientado a mejorar la situación económica de los hijos pendientes de emanciparse. A colación de lo anterior y como testimonio de su poco más que simbólico patrimonio inmobiliario, pese a su actividad en un sector altamente lucrativo, se tiene noticia de otra vivienda por él mismo proyectada en 1899 en La Peña, al pie de los hornos de la Sociedad La Unión [AMA]; casa exenta que llegó a edificarse y posiblemente a arrendarse.
Hasta aquí algunas observaciones de naturaleza urbanística a partir del plano de la villa de Mieres de 1895 atribuido a Manuel Álvarez, aunque no firmado por tratarse de un documento administrativo al servicio del Ayuntamiento. Precisamente la firma de Álvarez, cuando figura, constituye uno de los recursos para calificar sus trabajos cartográficos de personales o de autor, esto es, surgidos de motu propio; lo mismo que los planos anónimos pero a él atribuidos se corresponden con levantamientos contratados y remunerados. El o el conjunto de planos que siguen al de 1895 integrarían el proyecto de ensanche de 1900 (el primero de Mieres, pues hubo otros posteriores) “presentado” [Pistono/Burgos] por el ingeniero Ribera a la corporación municipal local. En su defecto –al menos creemos que no se encuentra publicado- se impone recurrir al siguiente por orden cronológico, también sin firmar ni fechar. O precisando, firmado por R. Pérez, el autor del capítulo sobre geografía urbana de Mieres [Referencias abajo, Pérez González], fechado por éste en la segunda mitad de los años 1920 y por otros [Pistono/Burgos] en el precisp año de 1920.

Por segunda vez en esta sección del blog atribuimos un plano urbano de Mieres al capataz Manuel Álvarez [Entrada 5-1-2018]. Trazos, figuras de edificaciones, líneas, ferrocarriles, huertos, ríos y rótulos resueltos en distintas tipos de letra se corresponden con sus maneras gráficas, y más aún, muestran semejanzas evidentes con sus equivalentes en el plano de 1895 –véase la reproducción casi exacta de la manzana edificada en la acera de en frente de La Pasera, la del caserío desordenado y más antiguo. Para 1920 Álvarez Álvarez ya se había trasladado a Olloniego, pero tal y como ocurrió con otros trabajos planimétricos suyos, encargados en fechas tardías y cuando ya desempeñaba otro puesto y actividad profesional, se le buscaba allí donde se encontrara para, en calidad de experto en el tema en fechas anteriores, solicitarle planos actualizados garantizados por su conocimiento directo y la documentación de origen guardada entre los materiales de su archivo. Noticias en este sentido constan tanto a efecto de planos de la población de Mieres como de cartas geológico-mineras.

Volviendo al ensanche de Mieres de 1900, un recorte del plano más moderno mencionado, unas dos décadas posterior [figura de cabecera de la entrada], permite acercarse con fidelidad a la evolución morfológica del Mieres nuevo, máxime perteneciendo ambas representaciones urbanas (1895 y 1920-1925 o más, respectivamente) al mismo dibujante en calidad de delineante. No procede aquí ahondar en este primer proyecto de crecimiento planificado para el futuro de la villa en los años iniciales del siglo XX. Su reducido tamaño, el sensible retraso en abordarse, la reproducción fiel de los intereses económicos prioritarios y de los principios formales que a gran escala se venían aplicando en las grandes capitales, u otros aspectos por el contrario atípicos del núcleo preexistente de Mieres y demás análisis ya fueron tratados o lo serán en trabajos complementarios de precisión. En su lugar únicamente destacar el escaso margen de acción con que contó su artífice Ribera, aquí limitado a un trabajo que desmerece su talla singular como diseñador de puentes de innovación tecnológica para su tiempo. Y a la inversa, dejar constancia de la oportunidad que para el capataz Álvarez, como subordinado de un técnico superior de destacado talento, entrañaría esta colaboración, pues aunque desenvuelta en una materia ajena a la minería, las inquietudes plurales del ayudante beneficiarían su interés por la diversificación de los conocimientos técnicos.

No se descarta que a raíz de este contacto Manuel se interesara por la proyección y dirección de edificios modernos para la villa, coincidiendo igualmente con su labor como constructor de hornos sistema Rodríguez. Su hijo menor, Benxa, dejó constancia del orgullo sentido por su padre durante esta etapa de trabajo a las órdenes del ingeniero “D. Eugenio Ribera”. En más de una ocasión había comentado en su casa aquel dato que luego resultaría objeto de confusión para alguno de quienes se interesaron por él. Escuchar : “Mi padre hizo el plano del ensanche de 1900”, literalmente se prestaba a sobreentender en calidad de autor, cuando la participación a la que Benxa se refería se ceñía a título de dibujante o delineante dentro del equipo responsable. Pero también citaba curiosidades como la de que todas calles del primer proyecto del nuevo Mieres guardaban una orientación casi exacta norte-sur y este-oeste, y también en algún artículo extraviado dejó declarado cómo en algunos aspectos del diseño el ingeniero de obras públicas había tenido en consideración y aplicado ciertas sugerencias advertidas por el capataz minero, lo que no resulta extraordinario dada su condición de vecino y buen conocedor de Mieres, su misma formación y el perfil curioso y observador que lo caracterizaba.
Como una fortuna inmaterial, la del saber ampliado, fue interpretado por Manuel este periodo de Ayudante de Obras Publicas en el Ayuntamiento de Mieres. A esta valoración no resultó tampoco ajena la oportunidad de aproximarse a otro campo de la representación planimétrica del espacio, la urbana.





Referencias
. Álvarez “Benxa”, B., Una comarca a punta de lápiz. Laminarium de Mieres y Lena. Oviedo, 1975.
. Pérez González, R., “Mieres”, cap. II, Geografía de Asturias, vol. 2, págs. 75-133. Avilés, 1982.
. Pistono Favero, J./Burgos Fernández, E., “Influencia del ferrocarril en el ordenamiento urbano. Asturias: Mieres y los ferrocarriles mineros”, Historia Ferroviaria. Gijón, 2003. (PDF).








domingo, 14 de enero de 2018

99. Muestra 4. Contexto familiar (II). Manuel Álvarez

Sobre "Benxa">Biografía>Aspectos
Entrada 99. Publicada 14-1-2018














Tablero de dibujar y calcar planos de Manuel Álvarez.
Curiosidades (término muy del gusto de Benxa): gran formato y peso, madera (estructura y marco)
y cristal porta-planos; pie artístico, inclinación regulable. Y especialmente, trasladado al exterior para
fotografiarlo en buenas condiciones lumínicas, como si de un retrato de figura se tratara.
Fotografía,  Rómulo Álvarez.








4.5 Manuel Álvarez Álvarez (cont. 18)
(Antepasados técnicos industriales  de Benxa)


Años 1890. Integrante del equipo redactor del ensanche de la villa dirigido por el ingeniero Eugenio Ribera en 1900

Benxa en reseña biográfica [Entrada 28-12-2017] atribuye a su padre la participación en el trazado del nuevo callejero del ensanche. Verbalmente se le escuchó en varias ocasiones que su padre había hecho/dibujado el plano del futuro crecimiento de Mieres. El argumento se presta a confusión, más entre ajenos la historia de los ensanches decimonónicos. De ahí que uno de quienes sufrieron el malentendido contribuya aclararlo, pues más que un error a favor de un falso protagonismo, debió de tratarse de una falta de precisión entorno a dos conceptos diferentes: Proyecto como producto del autor o artífice y plasmación de su idea; y planos, levantados por el dibujante a sus órdenes. Proyecto no se identifica con plano; éste integra tan sólo una parte de aquél. El proyecto constituye una obra de autor en sí (en este caso el ingeniero Eugenio Ribera) y lo integran varios documentos: la memoria (escrita), donde el autor expresa los exigencias y motivaciones del encargo, el programa de necesidades previsto, los principales problemas y la respuesta que considera mas acertadas para todo ello. Condiciones técnicas, presupuestos y serie de planos completan este género de documentos. En ellos las planimetrías traducen a formas dibujadas la idea y propósitos (realidades mentales) del autor, al tiempo que sirven de puente entre éste y los técnicos y operarios que, conocedores del lenguaje gráfico estándar utilizado, traducen las formas sobre papel a obra de fábrica. Pues bien, en este eslabón intermedio, el de los dibujantes o delineantes, se insertaría la intervención del capataz Álvarez en el proyecto de ensanche de Mieres de 1900.

Hasta aquí dos conclusiones. El proyecto de crecimiento de Mieres presentado al Ayuntamiento en 1900 resultó de entera responsabilidad del ingeniero Ribera, a efectos de todo comentario y valoración, en la que aquí, por consiguiente, no procede abundar. Incluso los planos de la población preexistente y del espacio de ampliación futuro fechados en 1900 figurarían firmados por él mismo y no por el dibujante. Figurarían, expresado en tiempo verbal potencial, pues entre las publicaciones consultadas sobre dicho documento no encontramos ningún plano que se corresponda con el proyecto ahora tratado. Sí aparece muy reproducido el plano previo de 1895 –que atribuimos al capataz Álvarez [Entrada 5-1-2018]- y otro más reciente de la población de Mieres ya ensachada y parcialmente ocupada. Pero no figura una fecha única o ni siquiera aparece datado en las publicaciones que lo incorporan a título de ilustración. Pensamos más ajustado su levantamiento en 1920 [Pistono/Burgos], o en la segunda mitad de los años veinte [Pérez], pues el que copia Benxa [Rfa. abajo, pág. 28] con fecha de 1915 parece hacerlo a partir de otro plano posterior, en función de la superior ocupación de edificios y el mayor área de suelo urbano ya planificado.

En cualquier caso no indagamos más sobre los planos clave del ensanche de 1900, que no figuran en las publicaciones básicas revisadas sobre el tema. Los más recientes de la población de Mieres ya ensanchada y vuelta a ampliar por los años mil novecientos veinte, lo mismo que aquél y el ya presentado de 1895 se deben en buena parte a la mano del capataz Álvarez al que encontramos haciendo funciones similares a las de cartógrafo de hecho para el Ayuntamiento de Mieres, tal y cono se verá en las entradas correspondientes por publicar. Cartógrafo de la población de Mieres y de todo el término municipal, y siempre perseverando en el desdoblamiento en dos registros de su dedicación: el encargo profesional remunerado y el trabajo libre de autor impulsado por la afición y el gusto por las materias implicadas.

Relativo al ingeniero Ribera y a Manuel Álvarez sobre los encargos encomendados por parte del Ayuntamiento de Mieres, procede valorarlos como muy modestos. En el capítulo concerniente a los trabajos de higiene y saneamiento de núcleos preexistentes (traídas de aguas, fuentes, lavaderos, etc.), la figura del ingeniero Ribera, llamado a convertirse en un autor de vanguardia en la ingeniería de los puentes de hormigón armado, aparece disminuida por esta clase de encargos menores. Pero en otro orden de cosas, ambos técnicos y los proyectos concretos de carreteras rurales a cargo de Manuel informan de la dimensión más social y popular de sus intervenciones impulsadas por la ley de 1895 sobre reforma interior, desde el momento que beneficiaban a las clases más desatendidas –antes campesinos, ahora también trabajadores industriales llegados de afuera- en sus necesidades primarias (vivienda, higiene, comunicaciones).

En cambio el proyecto de ensanche a que obligaba la misma medida de 1895 el equipo de Ribera atiende los intereses de la burguesía; estamento y sus divisiones internas que en Mieres manifiestan una situación particular, consiguiente a su condición de reducida población industrial desprovista del rango de capital de provincia. De una parte la alta burguesía y la gran empresa, titular del grueso del suelo urbanizable (Conde de Revillagigedo, Marqués de Camposagrado, Fábrica de Mieres) [Pérez], por el hecho de residir fuera, y de otra una clase media de escasos efectivos y sí residente (profesionales, pequeños propietarios, comerciantes, artesanos). Tras el pionero y progresista ensanche de Barcelona (1860 aprobación), el resto de la legislación sobre estas operaciones urbanísticas priorizó la generación de plusvalías del suelo a urbanizar, convirtiéndose, junto con la construcción inmobiliaria, en un nuevo sector de inversiones y especulación, generador de sustanciosos beneficios. De modo que al estamento mesocrático inferior, también beneficiado por la creación de ensanches, le correspondía en Mieres el privilegio de residir en estas zonas de nueva planta, saneadas, dotadas de infraestructuras modernas equiparables a las nuevas tipologías y estilos del caserío. No obstante, este absentismo de Mieres de las élites burguesas y el restringido cuerpo de la clase media instalada en las mejores zonas del pre-ensanche, que ya figuran en el plano de 1895 [Entrada 5-1-2018], explican la lenta ocupación del plano trazado en 1900 y la calificación del ensanche de Mieres como un ejemplar u operación incompleta si se lo compara con el correspondiente a una de las grandes capitales, entiéndase Barcelona, Bilbao, etcétera. Y ello precisamente por esa ausencia del vértice social en la pirámide de residentes y usuarios.





Referencias

. Álvarez “Benxa”, B., Una comarca a punta de lápiz. Laminarium de Mieres y Lena. Oviedo, 1975.
. Pérez González, R., “Mieres”, cap. II, Geografía de Asturias, vol. 2, págs. 75-133. Avilés, 1982.
. Pistono Favero, J./Burgos Fernández, E., “Influencia del ferrocarril en el ordenamiento urbano.  
  Asturias: Mieres y los ferrocarriles mineros”, Historia Ferroviaria. Gijón, 2003. (PDF).









viernes, 5 de enero de 2018

98. Muestra 4. Contexto familiar (II). Manuel Álvarez

Sobre "Benxa">Biografía>Aspectos
Entrada 98. Publicada  5-1-2018










Plano General de la Villa de Mieres, 1895. Atribuido ahora por vez primera
a Manuel Álvarez Álvarez (1862-1932). Publicado Pérez González, R., "Mieres" Geografía de Asturias. Vol 2, pág. 79. Avilés, 1982.






4.5 Manuel Álvarez Álvarez (cont. 17)
(Antepasados técnicos industriales  de Benxa)


Años 1890. Ayudante de obras públicas en el Ayuntamiento de Mieres y colaboración en el Plan de Ensanche de 1900 a cargo del Ingeniero Eugenio Ribera

Hacia 1892 cuando el ingeniero Ribera -jefe de Manuel Álvarez- se incorporó al Ayuntamiento de Mieres más que un proyecto de ensanche resultaba perentorio el saneamiento y la reforma interior. La ley de 1895 daba título con esos tres términos a dos clases de operaciones: la intervención urgente en el tejido preexistente y la planificación de un área de nueva planta prevista para la expansión de la población.  Por entonces Mieres daba nombre a un concejo bien definido, pero no así su capital.
En lugar de un pueblo-calle tipo conformaba una alineación de aldeas rurales asentadas a los bordes de la carretera Adanero-Gijón, arrimadas a las laderas del este para restar la menor superficie posible a la extensa vega fluvial del río Caudal, su principal recurso de vida antes de la industrialización, pero también para evitar sus avenidas, incontroladas durante los casi tres cuartos de siglo posteriores. A estas aldeas de La Villa (extremo sur), Requejo y Oñón (límite norte), se había sumado un tercer foco igualmente carretero, Sobrelavega, de potencial carácter urbano al edificarse en él la Casa Consistorial en la década de 1860. Se hallaba situado este lugar levantado de nueva planta muy próximo al último enclave poblado por citar, La Pasera, dotada ya para entonces de usos y fisonomía propios de las cabeceras de municipios preindustriales: templo parroquial, posada, escuela municipal, otras dos de pago, algunos comercios y talleres de artesanos, junto con las viviendas contenidos en un caserío austero pero de buenas proporciones y factura. Sobrelavega y La Pasera ocupaban el segmento intermedio de la población longitudinal o en cordón de nudos  (nudos los distintos núcleos) que era por entonces Mieres. Ambas se distanciaban del carácter rural de origen impreso en las demás, orientándose, ya de hecho La Pasera en sus dos aceras y todavía en ciernes Sobrelavega, a ambos costados de la Casa-Ayuntamiento [Pistono/Burgos], como barrios residenciales mesocráticos dotados de un pequeño comercio; en cierto modo un anticipo del ensanche de la villa (1900) todavía pendiente de proyectar .

En número y en ocupación la población en estos reducidos núcleos bajos de la vega de Mieres y los que escalonaban las laderas sobre los puntos industriales neurálgicos [Álvarez Álvarez] ya dejaban  constancia del fenómeno demográfico propio de los enclaves del maquinismo histórico. La inmigración intensa hacia territorios donde la subsistencia podía sustituirse por un trabajo asalariado, sumado a la ausencia de medidas de alojamiento que dieran respuesta a tal densidad de nuevo vecindario, acabó resolviéndose de forma espontánea, improvisada al tiempo que insostenible. Los propios nativos procuraban a los forasteros cuartos, viviendas y otros anejos agropecuarios subdivididos, o realquilaban habitaciones en función de las horas libres de los diferentes turnos de trabajo. La degradación física e higiénica que ponía en peligro la salubridad pública desembocó en las medidas contenidas en la Ley de 1895 que se aplicaron restrictivamente en Mieres por la escasez del erario municipal. De modo que por la misma razón presupuestaria, la modesta envergadura de la futura villa y su situación periférica, la iniciativa legal del 95 había dejado atrás otras dictadas para el resto del país en esta materia y en la que constituía su inmediata, la de los ensanches, vigente desde hacía más de treinta años.

Entre los planos de población de Mieres más veces publicados destaca por su antigüedad y coincidencia cronológica con la referida Ley el fechado en 1895. Estimamos que se formaría desde el negociado del ingeniero Ribera, como un estado actual y herramienta necesaria tanto para la reforma interior como a título de prólogo o punto de partida para la redacción del proyecto de ensanche de la villa que imponía la medida oficial de 1895. El plano, a juzgar por las reproducciones muy bien conservado, encaja en la mitad superior el conjunto del área poblada que dibuja una figura longitudinal, secuencia de reducidos núcleos en cordón cuyo eje norte-sur (La Pasera-Sobrelavega-La Villa) se quiebra a partir del río San Juan (Requejo y Oñón). A los pies del caserío, a poniente la fértil vega intacta, excepto algún camino rural y la vía del ferrocarril minero de El Peñón sobre la calle de Camposagrado, el único acento de la urbanística decimonónica que se refleja a falta todavía del callejero y manzanas del ensanche: la universal arteria rectilínea que une el ferrocarril, siempre alejado, con el tejido antiguo, y que en este caso cruza airosa las tierras de labor –“mar de arbeyos y maíz”, croquis de Rómulo Álvarez- y prados en sentido perpendicular a la cadena del caserío de la villa.  Por ahora y por efecto de ésta vía, la superficie construida dibuja una “T”,  cuyo mástil asemeja una gran avenida urbana, aunque lo que prime sea la vía del ferrocarril minero. Hacía el número tres (primero por orden cronológico) de los que circulaban por la vega ya para estas fechas; tres infraestructuras a su vez expresivas  del grado de industrialización alcanzado por la villa y, al unísono, un condicionante físico del planeamiento urbano por venir [Burgos/Pistono].

La mitad inferior de esta carta urbana se reparte entre un segmento mínimo y meramente testimonial de la situación del río Caudal encajado en el centro del plano;  a la izquierda, la rosa de orientación o puntos cardinales y en el tercio opuesto el título y datos básicos del plano:

PLANO GENERAL DE LA VILLA
DE
MIERES
-1895-
ESCALA = 1:2.500


No aparece firmado pero por las maneras de representar calles, caminos, huertos, caserío, ferrocarriles, lo mismo que por el estilo de las fuentes usadas para los rótulos menores y en especial el título e identificación, asumimos el riesgo de su atribución a Manuel Álvarez. Ello una vez examinados comparativamente y en detalle otros planos de población suyos posteriores, y siempre sin otorgarle mérito mayor alguno ni al documento ni al autor. Estaríamos ante un trabajo profesional que responde a un encargo preciso y el capataz de minas estaría actuando aquí como un mero delineante, cuerpo por el que sabemos que se interesaría especialmente por los años 1920, recomendando concurrir a oposiciones al mismo a miembros de su círculo. No obstante, en caso de destacar de esta pieza algún rasgo de interés, sugeriríamos los siguientes. Uno, como demostración de la versatilidad manifiesta con los distintos géneros de la representación planimétrica. Desde los trabajos hasta ahora publicados aquí, pertenecientes a su ocupación principal (planos geológico-mineros, topografías subterráneas, sistemas de estructuras y laboreo) o las edificaciones e instalaciones vinculadas igualmente al medio extractivo, reaparece en las citas actuales como dibujante de planos aéreos de población, prólogo de labores de cartografía territorial a mayor escala -dos en concreto, separadas por veinticinco años en su ejecución-, o de variedades calificables de curiosidades [Benxa]; estos dos apartados últimos ya en calidad de autor y no como en aquellos reducido al papel de dibujante. Dos, considerar el documento de 1895 como el origen de la formación de otros planos de la localidad y del término municipal,  que en conjunto podrían contribuir a destacar su labor como un activo cartógrafo de Mieres durante un tercio de siglo, a contar a partir de esta fecha. Y tres, que como ocurrió con sus proyectos municipales de carreteras [Entrada 28-12-2017], el trabajo propiamente dicho levantando cartas urbanas del Mieres del cambio de siglos XIX al XX acabará por hacerlo suyo a título personal, convirtiéndolo en una afición más, suma de curiosidad innata y afecto desinteresado por el trabajo técnico o afín,  lo que a la postre entrañó mantenerse activo en su cultivo hasta su muerte. Y  lo mismo específicamente en lo que atañe a la labor como cartógrafo perseverante de Mieres; Mieres capital, término municipal y alrededores de éste.







Referencias

. Álvarez Álvarez, M., El concejo de Mieres y sus alrededores a vista de pájaro. Escala de 1 por 20.000. Mieres, 10 de mayo de 1906.
. Pérez González, R., “Mieres”, cap. II, Geografía de Asturias, vol. 2, págs. 75-133. Avilés, 1982.
. Pistono Favero, J./Burgos Fernández, E., “Influencia del ferrocarril en el ordenamiento urbano. Asturias: Mieres y los ferrocarriles mineros”, Historia Ferroviaria. Gijón, 2003. (PDF)